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viernes, 5 de marzo de 2010

Mi reino por una tostada


Se trata de los principios que personas racionales y libres interesadas en promover su propio interés aceptarían en una poscición original de igualdad de modo que defina los fundamentos de los términos de su asociación:

Primero: cada persona debe tener un derecho igual al esquema más extenso de libertades básicas iguales compatible con un esquema similar de libertades para otros.

Segundo: Las desigualdades sociales y económicas deben de resolverse de modo tal que:
a) resulten en el mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad
b) los cargos y puestos deben de estar abiertos para todos bajo condiciones de igualdad de oportunidades

John Rawls

Espero que os gustara la celebración de la entrada número 30!! Me parece una buena forma de empezar la decenas, queda instaurada la tradición. La cita al principio, por supuesto, no falta. Hoy pongo los dos principios de la justicia de John Rawls, sobre los que acabo de completar un ensayo (a ver si me dan el 7! A ver si me lo dan!) que ya subiré si me dan una nota aceptable, cosa que espero.

Os recomiendo que os leais estos dos principios de la justicia, pues es la conclusión a la que llegó Rawls tras plantearse la pregunta: "¿Con qué normas estaría yo de acuerdo en que se basase la sociedad, si yo no supiera cuál iba a ser mi lugar en la misma (id est, no se si soy mujer u hombre, presidente o esclavo etc etc). Es interesante planteárse esta pregunta, pensarla y ver con qué soluciones te encuentras. Así que si no has leído lo de arriba con detenimiento, ¿porqué no lo piensas un rato? Venga, piensa, ahora, que nadie mira.

Terminé el ensayo ayer a las 2:30 de la mañana, y hoy hemos tenido ¡¡El segundo simulacro de incendios!! A las 6:30 de la mañana. Después, ya no me he podido volver a dormir. Así que aquí estoy, preparándome la clase de macroeconomía (aunque, ¿Qué utilidad tiene? Si luego de todas maneras, no me entero de nada. Profesor demencial.) de la que por cierto este profesor, al que como veis adoro, puso un Examen Sorpresa (En la universidad?? Venga ya!!!!) que seguramente habré suspendido, yo y el 99.9 por ciento de la clase. Aunque esperaré los resultados. Orgulloso estoy, en cambio, de mi 100% en el pasado examen de mitad de curso de micro. Modestia aparte.

Por lo demás, se aproxima el concierto de Pascua de la orquesta, que es éste lunes, y todavía estoy decidiendo si voy a participar en él o no. Por desgracia el director ha incluido algunas piezas que son demasiado ambiciosas para algunos de los integrantes. Y yo no quiero ser miembro público del destrozo de la quita de Beethoven o Pompa y Circunstancia de Elgar. Así que dependiendo de cómo sonemos el día del ensayo general, tocaré o no. Además, mi sitio ha sido usurpado ya que no he podido asistir a los ensayos (tenía clase) y ya no me apetece tocar. De todas formas, todavía lo estoy pensando.

Además, voy a tener un invitado durmiendo en mi habitación la próxima semana: nada más y nada menos que el mismísimo Mr. Ian, cuya opusdeística red de contactos y alojamientos ha fallado. Ahora que lo pienso, yo también soy una rama (aunque lejana) de la opusdeística red de contactos y alojamientos... El caso es que va a dormir conmigo (en mi cuarto de 10 metros cuadrados) de lunes a viernes de la siguiente semana. Él viene a la LSE a hacer unas investigaciones para su doctorado, así que imagino que como buen chino estará en la biblioteca de sol a sol. De todas maneras será divertido. Y a lo mejor incluso me pone al día en microeconomía, aunque creo que es demasiado especializado (él es ingeniero, al fin y al cabo).

Me paso la vida dudando del oren de los signos de puntuación. ¿Cuál es la posición? Punto, comillas, nota al pie. Comillas, punto, nota al pie. Nota, punto, comillas. Nota, comillas, punto. ¡¡Y así me paso las horas porque no lo explica nadie en internet!! De todas maneras, ya no me importa. La redacción está entregada, ahora tengo otra para dentro de dos semanas: federalismo. [se frota las manos]. O: [se frota las manos.] Ni idea. La primera queda mejor...

Por cierto, después de que consiguiera terminar los relatos cortos de Kafka (que se me resistieron, he de reconocerlo, qué ser más atormentado) devoré en dos días "Si una noche de invierno un viajero", de Italo Calvino que aprovecho para recomendar desde aquí. Espectacular. ¡Pero ojo! Tiene sepso. O como la llamarían algunos, "con formación". Por favor, por favor ¡compradla y leedla!

Eso es todo por hoy. ¡Llevaba tiempo sin escribir nada! (me está empezando a repatear el signo de exclamación inicial.) o ). ¡¡Ayudadme!! Espero que os vaya a todos bien.

Saludos desde una isla hoy extrañamente soleada.

PS: El cuadro es de Allison Schulnik, una artista norteamericana que me entusiasma últimamente. De recomendaciones musicales, para hoy os dejo Grizzly Bear:


¡¡Quiero leer más!!

sábado, 17 de octubre de 2009

El simulacro de incendios


Todo el mundo sabía que el día llegaría. Lo teníamos encima como una espada de Damocles, viviendo con la incertidumbre de que el día llegaría, y nos pillaría por sorpresa. Algo parecido a cuando se está en lo alto de la lanzadera, que no se llega a disfrutar del todo de la vista porque sabes que en cuanto te relajes un momento... CLAC! y para abajo que vas. Habéis adivinado a qué me refiero? Tenéis razón: el simulacro de incendios.

Así que el simulacro llegó en forma de jueves a las 7.30 de la mañana. Creo que ya he mencionado que el jueves es mi día libre, pero que no puedo dormir porque viene la señora de la limpieza, etc y que me tengo que levantar a as 8.30. Pues a las 7.30 comienza algo en mi dormitorio a hacer un ruido infernal, de ese que te medio despierta y se te mete en el sueño (yo estaba soñando algo y de repente en mi sueño aparecieron unos que me perseguían en un tractor que hacía un ruido que era el que en realidad estaba sonando fuera). Cuando me despierto del todo y me doy cuenta de que estaba sonando aquel trasto, y consciente de que mi vida podía peligrar (¿Quién dijo que era un simulacro y no había un fuego de verdad?) me levanté, me calcé como pude unos zapatos , me puse un abrigo, rescaté mi móvil y mi ordenador y busqué la salida de incendios. En la escalera me uní a un ejército de zombis que arrastraban los pies por la moqueta rezongando, hasta que en la salida unos tipos con chalecos amarillos nos indicaron dónde teníamos que ir a registrar nuestro nombre. Una vez te registras te empiezas a fijar en el resto de la gente, y tiene gracia, porque es como cazar a cada uno en su intimidad más absoluta, con pelujos, las chicas sin maquillar y algunos pijamas diseñados para no ser vistos jamás fuera de la propia intimidad. Estaba el típico que se había levantado pronto para estudiar y ya estaba vestido, también uno que le había pillado en medio de la ducha y estaba en albornoz (sin nada debajo), empapado y en la fría mañana inglesa. Después de la charla del "Fire master", (es obligatorio por ley hacer estos simulacros, etc, etc: había una idea no verbal flotando en el aire y era la aplicación inmediata de la ley de Lynch) cada uno subimos a nuestro cuarto y todos de vuelta a la cama, menos en nuestro piso que la limpiadora ya lo había puesto todo patas arriba. Tuve unas buenas risas escuchando como Star, el vecino de cuarto chino no entendía cómo es que la señora de la limpieza no limpiaba sus zapatos (hasta ahora no habia entendido porqué los dejaba fuera de su cuarto por las noches). Ella, negra, gorda, descarada de esas que salen en las películas, se iba cabreando cada vez más y Star no entendía nada y yo lloraba de la risa n mi cuarto escuchando detrás de la puerta.

Hasta aquí la entrada de hoy. Notaréis el cambio de tamaño...
Saludos!
¡¡Quiero leer más!!
 

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