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domingo, 30 de octubre de 2011

Maktabah

Los que me conocen ya saben que el año pasado decidí, a medias porque me apetecía y a medias porque puede serme útil en un futuro, tomar unas clases de árabe en la universidad. De aquella decisión hace ya un año, y hoy puedo decir orgulloso que sé escribir y leer árabe con la fluidez de un niño de cinco años (mi-ma-ma-me-mi-ma: ¡Mi mamá me mima!) y hablar casi peor. Pero cuanto más me adentro en este mundo que se lee desde la derecha, más disfruto descubriendo un idioma cuya gramática es un brillante ejercicio de lógica y que es tan eficaz que no ha evolucionado en mil años. El árabe de hoy es exactamente el mimo que el árabe que habló Mahoma o que leía Abderramán sentado en su trono de Córdoba.

El estudio de un lenguaje no puede centrase solamente en gramática y vocabulario: con cada frase y cada estructura se van desenterrando aspectos de la cultura que dio (y sigue dando) forma a las palabras. Un ejemplo es el de las palabras que no tienen traducción directa a otro idioma (ejemplos del español al inglés: merendar, la diferencia entre "ser" y "estar"). El otro día salió en clase una palabra intraducible que me gustó especialmente: Maktabah (مكتبه ).

Maktabah se traduce como la colección de libros que cada uno tiene; la librería particular que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida y que es el orgullo y punto central de la casa de cualquier árabe que se precie. Una de las grandes tragedias que pueden ocurrir en la vida de un árabe es la fakdaan maktabah, فقدان مكتبه , o pérdida de la maktabah. Perderla es perder las raíces y la historia. Nuestro profesor nos contaba cómo él había perdido dos: una al mudarse a Inglaterra desde Iraq y otra cuando se quemó su casa en las revueltas de Londres de este verano.

Yo tengo la enorme suerte de tener dos maktabahs: una en Madrid (en múltiples cajas Dios sabe dónde), que incluye toda la obra completa de Julio Verne que mis padres me fueron comprando por correo a lo largo de los años, y mi maktabah de Londres, a punto de derrumbar la estantería de IKEA que la contiene. En ella posan, orgullosos, los textos que han definido la forma del estado moderno (los contratos sociales de Rousseau, Hobbes y Locke; Libertad de John Stuart Mill; El Príncipe de Machiavelli; El Capital de Marx y La Genealogía de la moral de Nietzsche, entre otros) junto con grandes obras de la literatura universal (1984 de Orwell y Un mundo feliz de Huxley, Las obras completas de Lu Xun, Las historias cortas de Kafka) y otras menos conocidas que se han ido incorporando por recomendaciones de amigos y profesores o por mera curiosidad. Con mis aspiraciones de estudiante internacional llega también la duda. ¿Qué pasará con mi maktabah cuando tenga que irme de Londres? Inshaalah (si Dios quiere) podré llevarla a la casa familiar en Madrid, hasta que tenga un centro neurálgico fijo donde pueda unir mis dos maktabahs en una sola que continúe creciendo y pueda pasarse de generación en generación.
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sábado, 16 de julio de 2011

¿Qué estás escuchando?

"En el principio, se creó el universo. Eso cabreó a muchísima gente y la mayoría lo considera una mala jugada". Douglas Adams

Hay pocas cosas como la magia que tiene el recogimiento de un sábado por la tarde. Cuando acaba de terminar de llover y se abre una ventana, se hace una taza de té de jazmín (Que suena muy gay? Lo pruebas y me dices) y se disfruta del olor de la tierra y el asfalto recién lavados mientras que el aroma del jazmín se va liberando lentamente del agua y lo empaña todo. Y el regocijo secreto de leer en The Economist lo mal que va el mundo desde la comodidad de un sofá. Una vez que se ha disipado la banda de petardas que ha estado habitando la casa estos últimos días, y de haber dado una clase de conducir con un profesor que es más británico que el bulldog de Churchill he disfrutado muchísimo de mi taza de té y mi revista. El té, por cierto, lo compré en Beijing cuando estuve allí este febrero, y se me había olvidado por completo su existencia hasta que apareció en la despensa. Es como cuando te encuentras cinco euros olvidados en el bolsillo de un abrigo. Aunque no sea mucho dinero, te sientes millonario por unos momentos: el excedente del consumidor es ese valor extra que nos queda de una cosa después de haberlo comprado (es decir, ese pensar "habría pagado más por esto"). Al encontrarte dinero de forma inesperada, el excedente es infinito, lo que provoca felicidad. Sí, la economía arruinará mi vida.

De todas maneras, quiero aprovechar la sexagésima entrada para hablar de música. No me gsta nada recomendar canciones, porque creo que la música es algo tan personal que compartirla es como compartir el alma. Pero el otro día viendo este vídeo tan bueno, en el que un tipo con una cámara pregunta a los peatones que qué están escuchando (algunos son bastante inesperados!) salieron dos canciones que me han gustado tanto que las voy a compartir.

La primera es de una banda americana que se llama Beirut. Son bastante conocidos en los ambientes "hipster" (link a un video que se ríe de ellos, por si no sabéis lo que son), y da la casualidad de que voy a ir a verles en concierto en febrero, compré la entrada porque me pidió una amiga que la acompañara, y ¡resulta que son fenomenales! La voz del cantante es lo que más me gusta, te envuelve como una manta. (VIDEO)

El segundo es un track de un estilo de música que nadie se creería que a mí me podría gustar: el Dubstep. Y es que he de reconocer que es de los géneros más extraños de música que hay hoy en día. Alguien que no sepa de música lo llamaría "techno". Pero eso es como decir "música clásica". ¿Y en qué se parecen Purcell y Stravinsky? Ni en el blanco de los ojos. Pues eso. (VIDEO)







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jueves, 14 de julio de 2011

Me siento a veces como si no tuviera tiempo de vivir. Soy como un robot: Me levanto, voy al trabajo, como con los demás becarios, sigo trabajando. Café, ordenador, café, Bosco tienes un minuto, ordenador, las seis. Metro, casa, cena. Aclarar, repetir. Hasta el fin de semana. Y luego, vuelta a empezar. Supongo que es que hay que acostumbrarse, los tiempos en los que solo hay una hora de clase al dia parecen tan felices..!
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sábado, 9 de julio de 2011

Primera semana en el trabajo

Hoy sábado es el primer fin de semana después de empezar mi trabajo de verano en Londres. Estoy trabajando en una compañía que se llama Corporate Executive Board, y dentro de esa compañía en una empresa que se llama Iconoculture. Nos dedicamos a hacer investigación de mercado, con un énfasis en asesoría e intuición del comportamiento de los consumidores. Básicamente, qué compra el consumidor y porqué. Yo estoy de ayudante en la división de tendencias: ¿Qué se lleva? ¿Cuál es la última moda? ¿Qué quiere comprar la gente? ¿Porqué?

Mi trabajo consiste en identificar esas tendencias y presentarlas a mi equipo. Si me las aprueban, tengo que investigar lo suficiente como para volverme un experto en la materia y escribir lo que llamamos un "artículo de observación" que va a parar a la página web. Además de escribir sobre esto, tengo que ayudar en lo que sea que me digan, que para algo soy becario. Aunque nada de cafés o fotocopias. De momento.

Los que leéis este blog a menudo sabréis que llevo todo el año detrás de prácticas en multinacionales. Lo intenté con millones de empresas (solicitud por internet, oh Dios mío) pero sólo respondieron tres: Petrolera Shell (llegué hasta la ultima parte del proceso pero no la superé) Standard Bank (me entrevistaron, pero nunca más se supo) y Corporate Executive Board.

Estaba yo estudiando para mis finales en la biblioteca de la LSE cuando suena mi móvil. Llamaba un teléfono fijo no identificado. Así que descuelgo, susurro que "uán moment plis" y salgo corriendo hasta el área común donde podía hablar en voz alta con tranquilidad. "¿Si?" "Hola, eres Bosco? Llamamos desde Corporate Executive Board". ¡Mierda! Momento de pánico- ¿me van a hacer una entrevista por teléfono y no me la he preparado? Así que contesto. No querían hacerme una entrevista, sino invitarme a sus oficinas para entrevistas, pruebas y demás parafernalia de Recursos Humanos.

Así que el día designado me presenté en su central europea (ellos son americanos) que está en Holborn, en la city de Londres en un edificio de aspecto malvado que se llama Victoria House (el de la izquierda). Nos meten a todos en una sala de reuniones que flota en el centro del edificio y nos dan un overview de la compañía, luego nos dicen que somos veinte y que hay cinco plazas, así que el ratio es de uno contra cuatro. Nos dividen en grupos para que no compitamos unos contra otros y nos dan una agenda para el día. Un debate de una hora, una entrevista de una hora y una presentación en grupo de hora y media. Yo que ya tenía experiencia de algo muy parecido que hice en Shell, parece que no lo hice mal. Oh well.

Depués de un poco de toma y daca conseguí que me contrataran y el 4 de julio (después de haberme registrado previamente con una agencia de trabajo temporal a través de la cual se me contrata, don't ask me why) empecé mi trabajo. Y en fin, casi una semana después aquí estoy. he sobrevivido, he identificado todas las tendencias que tenía que identificar, he escrito todos los artículos que tenía que escribir, he atendido todas las reuniones a las que tenía que atender, y he rellenado mi hoja de horas. Estoy contento con la experiencia, me gusta la empresa en la que trabajo y me gusta la gente que he conocido. me gusta poder ver de primera mano lo que es trabajar en una multinacional, y me encanta la ingeniería que tiene que hacer mi jefe para que podamos tener reuniones (de dos horas..!) por teléfono gente en Londres, en Minneapolis y en Los Angeles a una hora decente.

Un buen fin de semana de descanso y mañana a trabajar otra vez. Si no llueve, iré en bici para mover un poco el culo que nunca viene mal. Pero seguramente llueva. En fin.


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jueves, 30 de junio de 2011

El Café Olé


El martes quedé con una chica de la universidad con la que estoy montando (o más bien le estoy ayudando a montar) una sociedad universitaria que empieza el curso que viene, el QMUL Liberty League (liga de la libertad de QMUL). Se trata de contrarrestar un poco todo el ambiente marxista que tenemos en la universidad, sobre todo en el departamento de economía que es uno de los pocos bastiones de la economía marxista que quedan en el mundo. Aunque la sociedad es para todas las facultades, creo que hace falta en la de económicas urgentemente, porque lo único que nos enseñan es Keynes Keynes Keynes y más Keynes; los liberales y los austríacos quedan fuera de concurso. Así que para agitar un poco las cosas esta chica decidió montar esta sociedad, y como su ideología se parece a la mía (¡reduzcamos el estado a los niveles mínimos necesarios para superar el estado de la naturaleza!) me he decidido a ayudar en lo que pueda. En resumen, que quedé con ella en Soho el martes por la tarde para tomar un café y hacer un poco de brainstorming sobre lo que íbamos a hacer el curso que viene.

Aunque habíamos quedado en el sitio que tiene el mejor café de Londres (el Flat White), estaba muy lleno así que tuvimos que ir a Starbucks. Le pregunté que quería para ir pidiendo mientras ella cogía mesa, y me dijo que un "Café Olé". ¡Primera vez en mi vida que lo oigo! ¿Se pensará que es algo típico español, y espera un comentario o broma al respecto? En fin, ante lo desconocido opté por no decir nada y recé para que el barista de Starbucks supiera lo que era. Se lo dije, y asintió y me cobró sin inmutarse. ¿Qué es esto? ¿Desde cuándo se aplica algo tan estereotípico español como un olé a un café? ¿Y porqué todo el mundo sabe lo que es y yo, que soy español no? Así que llevé los cafés a la mesa, dispuesto a inquirir sobre qué era eso del Café Olé, pero después pensé que tengo que defender mi orgullo como español ante lo que es propio de mi país, así que opté por callarme y preguntar después a San Google. Por supuesto durante las dos horas siguientes no me pude concentrar, robando miradas a su taza de papel para ver qué narices era lo que llevaba el café olé, sin resultado. Nos despedimos, y cuando llegué a casa fui corriendo al ordenador a investigar qué llevaba esta bebida que se me escapaba. Y Google, respetuoso como siempre, me corrigió. "Quizás quiso decir Café au lait?" Café Olé. Olé, sí. Olé mis huevos.
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lunes, 27 de junio de 2011

La desaparición de la clase trabajadora.



"No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio."

Ayn Rand

Un artículo en The Independent hoy (sí, ahora estoy de vacaciones y hasta puedo leer el periódico) menciona cómo en el censo de 2011 sólo un 17% de los británicos se identifica como clase trabajadora, en contraste con el 70% de hace 30 años. Y me ha hecho pensar que es verdad, que lo que antes era una orgullosa clase trabajadora (no sólo aquí, también en España y en el resto de Europa) ha ido proporcionalmente convirtiéndose en clase media, o quizá alta, debido a dos fuerzas importantísimas: la globalización y la inmigración.

Gracias a la primera podemos sostener los niveles de consumo y de vida que llevamos la mayoría de los europeos. Un sistema económico autárquico requeriría una distribución tradicional de la riqueza de más o menos 5% clase alta, 25% clase media y 70% clase trabajadora. En cambio, la globalización ha hecho posible que a) las empresas puedan llevarse las fábricas a países del tercer mundo y b) que haciéndolo puedan reducir los costes enormemente beneficiándose de grandes ventajas fiscales y unos salarios que a nivel europeo parecen ridículos, pero que si aplicamos la Paridad del Poder Adquisitivo (link a wikipedia; un indicador que calcula el nivel de vida en distintos países. Por ejemplo, aunque un Big Mac cueste 4 euros en Londres y 40 céntimos en Vietnam, los sueldos en Londres son mucho más altos, etc) tienen un nivel similar al que tendrían los de la clase trabajadora de un país europeo. Por lo tanto, la globalización permite el "ascenso social" (por así llamarlo, por lo general una orgullosa clase trabajadora se ve empujada hacia la clase media) debido a la escasez de puestos de trabajo tradicionalmente asignados a dicha clase (fábricas, minas, etc) y a la reducción general en los precios que el traslado de las fábricas conlleva.

La inmigración también favorece ese "ascenso forzoso" de la clase trabajadora: los escasos puesto de trabajo que quedan se ven ahora demandados por inmigrantes altamente cualificados, dispuestos a trabajar por un salario menor y que además no suelen estar sindicados, lo que permite al que contrata ahorrarse mucho dinero en medidas superfluas, antes exigidas por los sindicatos. Tiene gracia cómo ha dado la vuelta la hoja. Lo que los primeros socialistas creyeron que iba a salvar a la clase trabajadora, la unión en sindicatos que ejercían como grupos de presión (y que razón tenían, en cierta manera, las condiciones de trabajo en el siglo XIX eran casi inhumanas) ha sido una de las causas fundamentales de su desaparición. Sólo una pequeña reflexión para un lunes por la mañana.
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sábado, 14 de mayo de 2011

La misteriosa casa negra

Una rápida nota. Periodo de finales. Hoy he tenido que ir al barrio de Earl's Court cerca de casa en Londres a recoger unas cosillas (por cierto, tengo trabajo para el verano; más detalles por llegar) y he encontrado una cosa muy graciosa que me ha parecido interesante compartir. De todas formas, una conocida mía de la universidad, que resulta que vive allí, ya había escrito en su blog sobre el tema, así que os dejo el enlace por si lo queréis ver. Prometo artículos de calidad en cuanto acabe exámenes!!

Para ver su artículo, podéis pinchar AQUÍ
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viernes, 8 de abril de 2011

Un poco de tó

Oh Dios mío cuanto tiempo sin escribir. Está bien, no me voy a engañar, es más por pereza que por no haber tenido tiempo. De todas maneras, estos últimos meses han sido de bastante tensión. Entre todos los exámenes que me perdí y que tuve que recuperar cuando volví de Korea, y la presión por encontrar un trabajo para verano (porque lo de Shell por desgracia no salió, ¡experiencias, experiencias!) y un largo etcétera de cosas que hay que hacer provocan que en mi tiempo libre lo que me apetezca sea un entretenimiento pasivo en vez de activo como es escribir. Y vaya porquería de frase. En fin, la desventaja de vivir en un país extranjero es que la habilidad lingüística de uno se oxida un poco, si no se desvanece lentamente. Pero el propósito es desoxidarse, coger de nuevo el gusto al teclado para estar en forma para escribir un poco en verano. En ese verano en el que todavía no sé que es lo que voy a hacer.

Sé que prometí un largo artículo sobre el viaje a Korea, pero sinceramente dudo que sea de interesante lectura. A los que les interesaba el viaje ya se lo he contado de alguna u otra manera, o han visto ya las fotos (que se pueden ver pinchando aquí, la mayoría obra del Sr. Casas). De todas maneras, lo escribiré (con la ayuda de mi superdiario de viaje) en algún momento de paz. Y sí, si os lo estáis preguntando he comido perro. Y está buenísimo. Lo comería (comeré) otra vez... Si estais viendo en las fotos muchas alusiones a un tal Matt Harding que vino con nosotros, y no sois lo suficientemente duchos en cultura popular para saber quién es, podeis verlo pinchando aquí. Es una pasada y os recomiendo que veáis todos sus videos si no los habéis visto ya varias veces.

Así que nada, este semestre, a parte del viaje a Korea nada excepcionalmente interesante. Sigo luchando por las notas de mis essays (que van mejorando, aunque todavía sin llegar a ser first class): Este semestre tocaban el fracaso de los acuerdos de Oslo y la Conferencia de Madrid (?(¿alguien había oído hablar de ella? Yo tampoco.), es decir, porqué siguen Israel y Palestina dándose puñaladas después de tantos años. La respuesta es bastante simple: los intereses sionistas (que tienen el departamento de propaganda en Hollywood, California) no van a parar hasta que expulsen a todos los árabes de allí. Es lo malo de basar los sentimientos nacionales en símbolos y tradiciones: si el estado de Israel se precia de ser un estado judío, ¿no parece un poco difícil integrar a los palestinos? O a lo mejor soy yo el único al que le cuesta un poco visualizar a un árabe hablando en hebreo, o a un soldado palestino jurando lealtad a la bandera de la Estrella de David. Por eso, y por muchos acuerdos que haya sobre papel, la realidad siempre va a ser distinta. O Palestina deja de existir y es incorporada a Israel, o Israel y el mundo entero reconoce a Palestina como un estado (que es lo que debería haber hecho ya, ay los judíos americanos en la ONU) y se dejan mutuamente en paz. O con todo lo que está pasando en el mundo árabe ahora mismo, un grupo de palestinos cogen armas y le dan a Netanyahu la excusa que está esperando para machacarlos definitivamente (qué prisa se dio Simon Peres, entonces primer ministro de Israel en anunciar a Bush en 2001 que el "no pactaba con terroristas" y arramplar todo lo que pudo y más en Cisjordania...) En fin, si hay algo que me ha enseñado el estudio de las relaciones internacionales es que son todo chanchullos. Por mucho que lo disfracen de "cumbres", "tratados", o lo que sea son todo chanchullos. Que se lo pregunten a Juanjo Sarmiento. O a Kissinger.

El segundo ensayo era algo un poco más elevado: un contraste entre las críticas que Marx y Nietzsche hacen a la religión. Básicamente, un instrumento creado por el hombre para hacer la vida más soportable. Es genial cómo rabia Nietzsche diciendo que nos hemos convertido en una panda de subnormales que igualan el "bien" con pobreza, generosidad, sacrificio y obediencia, cuando lo que debería ser "bueno" (y lo fue toda la vida en el mundo clásico) es la riqueza, el poder, el dominio, la sabiduría. Ése es el papel que tiene la religion: es el canto del esclavo, que invierte la moral en contra del maestro; y al invertirla se dice a sí mismo que ser miserable es bueno, que aunque en esta vida es desagradable, los premios y las recompensas en La Otra superarán el sufrimiento del esclavo. Así que por medio de la religión, los esclavos consiguieron infectar a los maestros con su moral invertida y envenenada, empozoñándolo todo ("la filosofía está escrita con la sangre de los teólogos") y haciendo del esclavo el modelo. No es una teoría con la que esté de acuerdo, pero hace una lectura interesantísima (además, cada vez que abres un libro de Nietzsche es como si te asomaras un tornado de rabia reformadora que no te deja respirar, es una lectura al menos intensa.) que recomiendo a quien se atreva. La "Genealogía de la Moral", tratado I. Los dos siguientes son también brillantes, aunque algo menos comprensibles sin la ayuda del profe. Aviso a navegantes: La "Genealogía de la moral" no es Crepúsculo, ni un LeoLeo. No hay vampiros, ni dibujos. Tampoco es lo último de Ken Follet, es un texto con el que hay que luchar, casi críptico. Pero merece la pena echarle un vistazo por el puro genio con el que está escrito. Conviene prepararse psicológicamente para páginas sobre la diferencia que hay entre "malo" y "malvado", o para ataques a la religión bastante descarados. Y no sólo a la cristiana: "Atengámonos a los hechos: el pueblo –o «los esclavos», o «la plebe», o «el rebaño», o como usted quiera llamarlo– ha vencido, y si esto ha ocurrido por medio de los judíos, ¡bien!, entonces jamás pueblo alguno tuvo misión más grande en la historia universal."

En fin, como veréis mis cursos de políticas tratan los temas más variados. Los de económicas, como siempre, bastante aburridos. Con un poco de suerte los sacaré muy bien y eso me servirá para compensar un poco las notas de política, a la que por alguna razón no termino de pillarle el truco. Pero desde luego disfruto mucho más de una que de otra. A ver si adivináis cuál. De hecho, no entiendo porqué en España es una carrera poco popular. "es que yo no quiero ser político". Bueno, yo tampoco. Además, terminar esta carrera no te hace un político. Te hace un politólogo, un experto en Relaciones Internacionales o un analista político, según la rama que elijas. Para ser un diputado (por desgracia) no hace falta ninguna carrera, y menos la de Ciencias (¿?) Políticas.

Ya que estoy escribiendo (no os creáis, es mi último recurso para aplazar el estudiarme los dos primeros capítulos de micro. Ya he ordenado mi cuarto y el resto de la casa, hecho la compra de la semana y hubiera paseado al perro si tuviera uno) puedo contar la última novedad: ¡Estoy en un anuncio! Es un anuncio para promover el uso de bicicletas en el Borough de Kensington, y salgo yo con mi super-sonrisita. La historia no es muy complicada, iba en bici un día y unos me pararon y me pidieron si me podían hacer unas fotos. Yo no sé decir que no, y el resto es historia. Así que ahí estoy, sonriendo con mi bici desde todas las esquinas del barrio. No he notado de momento el incremento en la atención femenina que de acuerdo a algunos trolls del departamento de economía conlleva la exposición pública de la imagen de uno. A lo mejor es el corte de pelo. De todas formas, si queréis ver la web del proceso (en la que salgo yo, menos sonriente, y algunos otros) podéis pinchar aquí. (Ya sé que las fotos no se ven muy bien, pinchad en ellas y las vereis mejor.
Y en fin, ya muchas ganas de Semana Santa. Ya me he puesto en Youtube algunas marchas para ir entrando en calor, y a veces cuando voy por la calle y hace sol, me parece poder oler una nota de azahar sevillano entre la hierba mojada. Pero ya queda menos! Exactamente seis días y me planto en madrid, termino mis gestiones y volando a Córdoba a ponerme ciego de torrijas (huy, quién ha dicho eso? Mucho régimen, me parece a mí) y a ver las procesiones. A la vuelta... BOOM exámenes, que se extienden todo a lo largo del mes de mayo. El último (y el más difícil) el dos de Junio. Luego, quién sabe.

Salud!

Por cierto. Ayer, las palabras (bueno, acrónimos) LOL y OMG fueron incluidas en el Oxford English Dictionary (El equivalente al diccionario de la RAE). Y me parece fenomenal. Aunque me cuesta verlas en un documento oficial...
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domingo, 23 de enero de 2011

Sobre filosofía, petróleo y países comunistas



"Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo. Con sólo poder pagar, no tengo necesidad de pensar: otro tomará mi puesto en tan fastidiosa tarea.".
Immanuel Kant

Estuve ayer estudiando (en le nueva cafetería que han abierto dentro de la biblioteca) un texto de Kant que me dejó bastante impresionado. No porque me hiciera descubrir el sentido de la vida, sino por que por primera vez disfruté leyendo algo tan denso. Me extrañó que en el colegio me hubiera parecido tan difícil de digerir, y que ahora no sólo me lo puedo leer más o menos de corrido (pongamos que cada párrafo tres veces hasta entenderlo 100%) sino que además lo estaba disfrutando. Y resulta que he descubierto porqué me resulta más fácil cuando estaba buscando una traducción al castellano para ponerla al principio de la entrada. Y es que resulta que las traducciones de Kant al castellano son espantosas. Aún así, recomiendo que os leáis si tenéis tiempo lo que Kant tenía que decir sobre la ilustración (pinchad aquí para leer en horrible castellano): unas reflexiones muy interesantes sobre el papel de la religión en el progreso intelectual. Además, unas frases brutales: "Enlightenment is man's emergence from his self-imposed immaturity" ("La ilustración es la salida del hombre de la inmadurez que se ha autoimpuesto"). Un texto que empieza así ya promete. En fin, os recomiendo que lo leáis.

Por lo demás, hay varias noticias. La primera que, como la mayoría ya sabéis, llegué al paso tres con Shell y me invitaron a sus oficinas un par de días para hacer diversas pruebas. Pero creo que eso se merece un artículo en sí mismo, lo escribiré seguramente mañana o pasado cuando me digan el resultado. O bien trabajo allí en verano, o no. Aunque tengo buenas vibraciones.

De todas formas, lo que me ocupa ahora la mente aparte de eso es el viajo que vamos a hacer el señor Josep Casas y yo a uno de los países mas exóticos, herméticos y peligrosos del globo: la mítica e incomparable Korea del Norte. Tras meses de planes y negociaciones, visados varios y advertencias finalmente lo tenemos todo preparado para entrar en el último reducto completamente comunista del mundo. Volaremos a Beijing, donde pasaremos cinco días antes de reunirnos con el resto del grupo de viajeros locos y subirnos en la única aerolínea del mundo que tiene una estrella en los controles de seguridad de aerolíneas: Air Koryo. Una vez allí tendremos que entregar nuestro pasaporte y teléfono móvil, y no se sabrá nada de nosotros (a lo mejor un email ocasional después de pedir permiso en el hotel) hasta que volvamos a China. no se nos permite salirnos del recorrido, y hemos estar acompañados de un guía en todo momento. Se nos sugiere que asumamos que vamos a estar bajo vigilancia y que no es recomendable decir nada negativo sobre el país, los líderes o la gente. Lo mejor es que si metes la pata, seguramente te expulsan del país y no te permiten volver a entrar, pero al guía lo meten en trabajos forzados para siempre. Ah, también se espera de nosotros que hagamos respetuosas reverencias a las estatuas de los grandes líderes, y les honremos con flores. Además, vamos a estar allí durante el año nuevo chino (mi buen amigo Fred, pekinés de nacimiento, me ha advertido que mi concepto de "mucha gente" va a cambiar para siempre) y también durante el cumpleaños del gran líder Kim Jong-Il. HAsta aquí llega mi información sobre un país que habla muy poco de sí mismo y que existe al margen de todos los demás. Podéis esperar largos arículos sobre experiencias, y aún más largos sobre reflexiones. Eso cuando vuelva, por supuesto. Si vuelvo. (¡Es broma, abuela, tranquila!)

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