Oh Dios mío cuanto tiempo sin escribir. Está bien, no me voy a engañar, es más por pereza que por no haber tenido tiempo. De todas maneras, estos últimos meses han sido de bastante tensión. Entre todos los exámenes que me perdí y que tuve que recuperar cuando volví de Korea, y la presión por encontrar un trabajo para verano (porque lo de Shell por desgracia no salió, ¡experiencias, experiencias!) y un largo etcétera de cosas que hay que hacer provocan que en mi tiempo libre lo que me apetezca sea un entretenimiento pasivo en vez de activo como es escribir. Y vaya porquería de frase. En fin, la desventaja de vivir en un país extranjero es que la habilidad lingüística de uno se oxida un poco, si no se desvanece lentamente. Pero el propósito es desoxidarse, coger de nuevo el gusto al teclado para estar en forma para escribir un poco en verano. En ese verano en el que todavía no sé que es lo que voy a hacer.
Sé que prometí un largo artículo sobre el viaje a Korea, pero sinceramente dudo que sea de interesante lectura. A los que les interesaba el viaje ya se lo he contado de alguna u otra manera, o han visto ya las fotos (que se pueden ver
pinchando aquí, la mayoría obra del Sr. Casas). De todas maneras, lo escribiré (con la ayuda de mi superdiario de viaje) en algún momento de paz. Y sí, si os lo estáis preguntando he comido perro. Y está buenísimo. Lo comería (comeré) otra vez... Si estais viendo en las fotos muchas alusiones a un tal Matt Harding que vino con nosotros, y no sois lo suficientemente duchos en cultura popular para saber quién es, podeis verlo
pinchando aquí. Es una pasada y os recomiendo que veáis todos sus videos si no los habéis visto ya varias veces.
Así que nada, este semestre, a parte del viaje a Korea nada excepcionalmente interesante. Sigo luchando por las notas de mis essays (que van mejorando, aunque todavía sin llegar a ser first class): Este semestre tocaban el fracaso de los acuerdos de Oslo y la Conferencia de Madrid (?(¿alguien había oído hablar de ella? Yo tampoco.), es decir, porqué siguen Israel y Palestina dándose puñaladas después de tantos años. La respuesta es bastante simple: los intereses sionistas (que tienen el departamento de propaganda en Hollywood, California) no van a parar hasta que expulsen a todos los árabes de allí. Es lo malo de basar los sentimientos nacionales en símbolos y tradiciones: si el estado de Israel se precia de ser un estado judío, ¿no parece un poco difícil integrar a los palestinos? O a lo mejor soy yo el único al que le cuesta un poco visualizar a un árabe hablando en hebreo, o a un soldado palestino jurando lealtad a la bandera de la Estrella de David. Por eso, y por muchos acuerdos que haya sobre papel, la realidad siempre va a ser distinta. O Palestina deja de existir y es incorporada a Israel, o Israel y el mundo entero reconoce a Palestina como un estado (que es lo que debería haber hecho ya, ay los judíos americanos en la ONU) y se dejan mutuamente en paz. O con todo lo que está pasando en el mundo árabe ahora mismo, un grupo de palestinos cogen armas y le dan a Netanyahu la excusa que está esperando para machacarlos definitivamente (qué prisa se dio Simon Peres, entonces primer ministro de Israel en anunciar a Bush en 2001 que el "no pactaba con terroristas" y arramplar todo lo que pudo y más en Cisjordania...) En fin, si hay algo que me ha enseñado el estudio de las relaciones internacionales es que son todo chanchullos. Por mucho que lo disfracen de "cumbres", "tratados", o lo que sea son todo chanchullos. Que se lo pregunten a Juanjo Sarmiento. O a Kissinger.
El segundo ensayo era algo un poco más elevado: un contraste entre las críticas que Marx y Nietzsche hacen a la religión. Básicamente, un instrumento creado por el hombre para hacer la vida más soportable. Es genial cómo rabia Nietzsche diciendo que nos hemos convertido en una panda de subnormales que igualan el "bien" con pobreza, generosidad, sacrificio y obediencia, cuando lo que debería ser "bueno" (y lo fue toda la vida en el mundo clásico) es la riqueza, el poder, el dominio, la sabiduría. Ése es el papel que tiene la religion: es el canto del esclavo, que invierte la moral en contra del maestro; y al invertirla se dice a sí mismo que ser miserable es bueno, que aunque en esta vida es desagradable, los premios y las recompensas en La Otra superarán el sufrimiento del esclavo. Así que por medio de la religión, los esclavos consiguieron infectar a los maestros con su moral invertida y envenenada, empozoñándolo todo ("la filosofía está escrita con la sangre de los teólogos") y haciendo del esclavo el modelo. No es una teoría con la que esté de acuerdo, pero hace una lectura interesantísima (además, cada vez que abres un libro de Nietzsche es como si te asomaras un tornado de rabia reformadora que no te deja respirar, es una lectura al menos intensa.) que recomiendo a quien se atreva. La "Genealogía de la Moral", tratado I. Los dos siguientes son también brillantes, aunque algo menos comprensibles sin la ayuda del profe. Aviso a navegantes: La "Genealogía de la moral" no es Crepúsculo, ni un LeoLeo. No hay vampiros, ni dibujos. Tampoco es lo último de Ken Follet, es un texto con el que hay que luchar, casi críptico. Pero merece la pena echarle un vistazo por el puro genio con el que está escrito. Conviene prepararse psicológicamente para páginas sobre la diferencia que hay entre "malo" y "malvado", o para ataques a la religión bastante descarados. Y no sólo a la cristiana: "Atengámonos a los hechos: el pueblo –o «los esclavos», o «la plebe», o «el rebaño», o como usted quiera llamarlo– ha vencido, y si esto ha ocurrido por medio de los judíos, ¡bien!, entonces jamás pueblo alguno tuvo misión más grande en la historia universal."
En fin, como veréis mis cursos de políticas tratan los temas más variados. Los de económicas, como siempre, bastante aburridos. Con un poco de suerte los sacaré muy bien y eso me servirá para compensar un poco las notas de política, a la que por alguna razón no termino de pillarle el truco. Pero desde luego disfruto mucho más de una que de otra. A ver si adivináis cuál. De hecho, no entiendo porqué en España es una carrera poco popular. "es que yo no quiero ser político". Bueno, yo tampoco. Además, terminar esta carrera no te hace un político. Te hace un politólogo, un experto en Relaciones Internacionales o un analista político, según la rama que elijas. Para ser un diputado (por desgracia) no hace falta ninguna carrera, y menos la de Ciencias (¿?) Políticas.
Ya que estoy escribiendo (no os creáis, es mi último recurso para aplazar el estudiarme los dos primeros capítulos de micro. Ya he ordenado mi cuarto y el resto de la casa, hecho la compra de la semana y hubiera paseado al perro si tuviera uno) puedo contar la última novedad: ¡Estoy en un anuncio! Es un anuncio para promover el uso de bicicletas en el Borough de Kensington, y salgo yo con mi super-sonrisita. La historia no es muy complicada, iba en bici un día y unos me pararon y me pidieron si me podían hacer unas fotos. Yo no sé decir que no, y el resto es historia. Así que ahí estoy, sonriendo con mi bici desde todas las esquinas del barrio. No he notado de momento el incremento en la atención femenina que de acuerdo a algunos trolls del departamento de economía conlleva la exposición pública de la imagen de uno. A lo mejor es el corte de pelo. De todas formas, si queréis ver la web del proceso (en la que salgo yo, menos sonriente, y algunos otros)
podéis pinchar aquí. (Ya sé que las fotos no se ven muy bien, pinchad en ellas y las vereis mejor.
Y en fin, ya muchas ganas de Semana Santa. Ya me he puesto en Youtube algunas marchas para ir entrando en calor, y a veces cuando voy por la calle y hace sol, me parece poder oler una nota de azahar sevillano entre la hierba mojada. Pero ya queda menos! Exactamente seis días y me planto en madrid, termino mis gestiones y volando a Córdoba a ponerme ciego de torrijas (huy, quién ha dicho eso? Mucho régimen, me parece a mí) y a ver las procesiones. A la vuelta... BOOM exámenes, que se extienden todo a lo largo del mes de mayo. El último (y el más difícil) el dos de Junio. Luego, quién sabe.
Salud!
Por cierto. Ayer, las palabras (bueno, acrónimos) LOL y OMG fueron incluidas en el Oxford English Dictionary (El equivalente al diccionario de la RAE). Y me parece fenomenal. Aunque me cuesta verlas en un documento oficial...