Bueno, ya estoy aquí. Se que me habeis esperado, pero ¿Que podía hacer? ¡Estaba muy ocupado! Pues a continuación os narraré mi entrada triunfal en mi cuarto y los primeros contactos con los habitantes tanto de mi piso como del resto de la casa.Todo empezó por la mañana. Llegué muy temprano, y solo, ya que a la madre se le había olvidado el teléfono y tuvo que volver. Hice mi check-in, rellené 300 papeles y fui a mi cuarto.
Esto lo empecé a escribir dos días después de llegar. No he podido sentarme a terminarlo hasta ahora. He tenido una semana de locos: rellenar papeles, pagar incontables sumas de dinero, registrarme para las asignaturas... Tengo tanto que contar... a ver si consigo publicar estoy hoy y enganchar con el ritmo diario que había prometido.
Ya habeis leido la parte del día en que llegué. Mi cuarto mola bastante, es grande y tiene unas vistas magníficas (casi diríase que es el paradiso) sobre el barrio de Canary Wharf. Si, veo amanecer y ponerse el sol por detrás del supositorio gigante de Norman Foster, y es, ciertamente una pasada. El dormitorio está equipado con cama (bastante incómoda, como dicen los ingleses, to be honest) que tiene debajo otra cama para cuando alguno vengais, una mesa enoorme de estudio, un microfrigorífico, un armario y un cuarto de baño con... BAÑERA. Sí, los primeros días estuvimos todos dándonos baños como locos, aunque yo sólo uno porque casi no quepo dentro y me da agobio. Por lo demás, el resto del piso tiene cuatro cuartos más como el mío y una cocina/comedor con un gran ventanal colgando sobre el Regents Canal.
El primer día, pues, llegué el primero al cuarto, y no tenía ni idea de quienes iban a ser mis compañeros de piso. Mejor dicho, sólo había conocido a través del facebú
a un tal Steve que vivía en 29C. Abandoné el piso nada más recibir mis maletas y me fui a comprar básicos por londres, y regresé en la noche. Allí fue cuando conocí a Steve, un tío estupendo y del que me he hecho bastante amigo, y a las 7 de la tarde (que en el país donde la toalla no se seca es como decir las diez) estábamos allí él y yo solos. A eso de las 8, mientras estábamos cada uno en nuestro cuarto desempacando (ésa es mi palabra de la semana) oímos cómo giraba la llave en la puerta de entrada. Perfectamente sincronizados, Steve y yo abrimos nuestras puertas para ver quién venía, y nos encontramos al inquilino del cuarto 29E... Un pekinés (no un perro, sino natural de pekín) que se llama (agárrense los machos) SIDA!!! Teniendo en cuenta que es chino, habla un inglés muy bueno, pero no se le entiende mucho más que a Sierra. Así que cae la noche en el país donde no se riega el césped, y tenemos en el piso todavía dos cuartos vacíos.
Esa noche empieza también la fiesta que no se acabará hasta la semana que viene. Noche de conocer mucha (pero mucha) gente, y copas, y baile. En la universidad hay de todo, ingleses de todas partes de inglaterra, austríacos, españoles, polacos, ucranianos, rumanos, chinos, búlgaros, malayos...
El día 20 no se hizo gran cosa. Descansar de la noche anterior, pasar todo el día en Londres comprando cosillas, y al caer la tarde... la cerradura giró de nuevo, y apareció el inquilino del cuarto 29A. Marco, el canadiense. Estudiante de p
osgrado de derecho. Sólo un cuarto vacío.
Por la noche, fiesta del semáforo, en la que me convierto en un maestro del billar y machaco a un gallito cuatro veces seguidas. Aunque parecía subnormal al principio, ahora es mi amigo y se llama Dan. Esa noche conocí también a Dynamitri, un polaco que hace historia contemporánea (que es lo que alguno que yo me se tendría que haberse venido a hacer aquí) y a Charlotte, inglesa estudiante de español, idioma que no domina en absoluto.
El cuarto vacío se rellenó a la mañana siguiente. Gracias a Dios, es mujer. De color. Ahora mismo no me acuerda de su nombre, porque sólo la he visto los 30 segundos que salió para decir "hola soy Xxxxx, no se cocinar y vengo de Anguilla". Anguilla. Territorio británico de ultramar en el caribe. Así que el piso ya estaba completo. Esa mañana, tocaba charla del director así que fui para allá, con Beanie, una chica muy simpática que también está haciendo políticas. Después de la típica charla de director, relax el resto del día y el siguiente. Ahora tengo en la nebulosa de la memoria lo que hice aquellos días, pero si me acuerdo de que no me dejaron entrar en un sitio. Las desventajas de los 17. Aquí todo el mundo tiene de 18 para arriba, incluso algunos de mis compañeros tienen 20 para 21...
El miércoles empezó la induction, que es como unas charlas de lo que se puede y no hacer, de las asignaturas que hay que escoger, etc. Pasé todo el día con mi
s amigos de facebook Aiman, Leah y Matt que hacen como yo económicas. Conocí a mi "tutor", que es chileno y habla castellano, y a mi tutor de políticas, que es el doble inglés de Borja Ceballos.
Los días siguientes continuó la induction, y conocí a mis amigos de economics Walter, un austríaco, Theo, un gigante búlgaro que está empeñado en jugar conmigo al rugby (quiera Dios que esa circunstancia no se de nunca, pues podría salir malherido), Richard ,un chino de raza en inglés de corazón y Rachel, una de las pocas chicas que hay en económicas.
Y así pasaron los días, hoy he tenido mi primera clase: Principles of economics, con un profesor holandés que es un cachondo y que lo primero que ha hecho ha sido buscarse en google para que todos viéramos lo importante que es, y me he dado cuenta de que los viernes me coinciden dos clases: Matemáticas e introducción a la política.
Prometo que a lo largo de esta semana ire dando mas detalles de la semana anterior, pero es que quería poner esto al día para empezar ya con el blog diario, y hoy estoy tan cansado que no puedo ni salir y me voy a la cama ahora mismo. No os quejeis, que ya lo he puesto al día. La calidad mejorará con mi estado de ánimo, y en las siguientes entradas contaré, además de lo que me ha ido pasando, más cosas de la semana anterior.
Como premio os dejo mi tarjeta de estudiante y al Dr. Pennington/Ceballos
Salud!