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domingo, 4 de octubre de 2009

Jitsu, o Full English

Una de las características de la fresher's week (que en realidad son dos semanas de fiestas y ponerse al día por igual, y que desgraciadamente acabó el viernes) es la Fresher's faire, o la feria de los nuevos. Se montó una gran carpa en el Library square de la universidad, y allí fueron representantes de todas las sociedades a intentar captar nuevos adeptos. Yo me apunté a tenis, orquesta (el primer ensayo es el martes, ya os contaré), económicas, políticas y...
Jiu-jitsu. La verdad es que fue idea de Walter, pero bueno, yo firmé la lista y ya. El caso es que a los dos días me llega un e-mail, diciendo que los entrenamientos son los martes y los viernes, de 7 a 9, que el primero es gratis y que los demás cuestan dos libras, y que esperan verme por allí pronto.

Pasa la semana, y llega el viernes.
El día en que eran las dos clases que me faltaban. Introducción a la política y matemáticas. La de introducción estuvo bien, nos reímos, etc. Luego llegó el momento de las matemáticas. Como ya os conté, los de economía y políticas teníamos un choque de horarios, ya que coincidían las asignaturas de mates e intro a la politica. Después de hablar con los catedráticos, etc, conseguimos que nos pusieran a nosotros una clase de mates aparte. Los viernes de 2 a 4. Así que en esa clase sólo iba a estar la gente de mi carrera, a la que todavía no había conocido. Después de la clase de políticas tuve una horita para comer (pasta al pesto, quise hacerla "al dente" y me quedó demasiado dura, pero no podía permitirme hacerla otra vez, así que me la comí tal cual estaba) y después me dirigí al edificio que nos habían asignado, el de derecho, cuarto G4. El tal G4 estaba en el sótano, no tenía ventanas. Allí ya conocí a mi clase. Aunque supuestamente somos unos 15, sólo habíamos ido 8. Y sólo había una chica. Los demás eran un tío de Lancashire que no se le entiende cuando habla (de lo cerrado del acento), un ruso, un tío de Azerbaiyán (ojo, repito: Azerbaiyán), un ucraniano, un checo y otro tío que no me acuerdo de donde era. El bloque del este se
sentaron juntos, y los del sur (la chica, Farha, es de Gales) en otro banco. la clase transcurrió sin más, conceptos muy simples, pero la
profesora los hacía enormemente complicados, y daba vueltas y vueltas al estilo Ruiz-Dana. A todo esto, el azerí (que se dice así, que lo he mirado) y el ruso intentaban liar a la profesora todavía más, haciéndole preguntas absurdas (y la pobre mujer entraba a todas y se rompía la cabeza intentándole poner ejemplos al ruso que se moría de la risa).

El viernes por la tarde, después de la clase y de cenar, me salta la alarmita del ordenador. "Clase se jiujitsu, a las 7. Sports hall". Como todos mis amigos ingleses se habían ido a sus casas, y yo no tenía nada más que hacer no se me ocurrió ninguna excusa moralmente aceptable para no ir. Así que allí me dirijo yo muy convencido, y me encuentro con otros "novatos" por el camino. Una vez llegamos allí nos reciben los alumnos expertos, todos con su kimono blanco, entre ellos el Señor Miyagi que nos había reclutado a mí y a Walter (que por cierto el tío pasó de venir a clase pero tenía excusa: había venido a verle su novia desde Austria). Llegamos nos ponen a montar el tatami, nos descalzamos, y del vestuario, entre vapores aparece un tío calvo con un kimono, y encima una especie de pantalones japoneses negros que a todas luces es el maestro, porque todos los alumnos expertos se sientan primero a la japonesa (encima de los pies) y después, frente al suelo. Yo traté de investigar si el tío
se llamaba Sensei, como en las películas, y sí, se llama así. Toda la magia se rompió cuando nos levan
tamos y el Sensei empieza a hablar con un acento cockney del doce, y entonces en vez de ver a un Sensei respetable ves a un inglés de provincias disfrazado de Sensei, hasta que el tío coge a uno de los alumnos aventajados y le hace una llave que lo deja en el suelo. Ahí vuelve a ser Sensei ya para toda la vida.

Después de un calentamiento y unas demostraciones del Sensei contra los alumnos aventajados nos lleg el turno. El Sensei pega un grito, deja lo que estás haciendo, reverencia, escucha lo que dice. Cuando trmina de hablar, reverencia y a trabajar. La primera lección es caerse. El Sensei nos explica que para no hacerse daño lo fundamental es antes de que el cuerpo toque el suelo, golpearlo primero con la palma de la mano ahuecada. Genial. A primera impresión no te lo crees, pero has visto a los alumnos experimentados volar por encima de la cabeza del Sensei y caer y levantarse sin más, así que si te dicen qu
e lo hagas lo haces. Estando de pie, tírate al suelo, sin más, y golpea el suelo con la mano ahuecada antes de caer para no hacerte daño. Los cojones. Te haces todo el daño del mundo. Será que lo he hecho mal. Después de diez caidas sin conseguir no hacerme daño, llamo a uno de los alumnos aventajados, y le hago una caída para que me diga qué es lo que hago mal. Lo hago. Me corrige la posición de ca
ída (para poder defenderte si te caes al suelo). Vale, pero lo de la mano ¿lo hago bien?. Sí, muy bien. Pues me hago daño igual. Ya te acostumbrarás. ¿Pero no se supone que el golpe este es para no hacerse daño? No, es para que si caes fuerte te rompas la muñeca en vez del hombro, que siempre es mejor. Cojonudo. Primer mito desclasificado. Te caes y te jodes. Te tiran y te jodes. Siempre te haces daño, pero te callas y te jodes. Hoy domingo me duele todo el cuerpo.

A continuación el Sensei nos enseña una serie de llaves bastante chulas, que luego hay que poner en práctica. Elegid a alguien de vuestro tamaño. Yo fui elegido. Un negro de 2 metros. Oh my god. Sabes que haces una llave bien cuando al otro le duele. Y no vale gritar. Hay que darle unos suaves golpes al compañero. Después de practicar mucho,
y de que mi compañero me hubiera machacado todas las articulaciones, se acaba
la clase. Hoy sigo muerto (y he dedicado el fin de semana a descansar).

El sábado me levante tarde, comí tranquilo y luego quedé con el viejo Asís, a cenar y ver una exposición en el Victoria & Albert. Hoy domingo he empezado lo que se convertirá en tradición. Steve y yo hemos hecho un Fry-up, o lo que es lo mismo un Full English breakfast, que sirve de desayuno y comida. He disfrutado como en mi vida. Os dejo unas fotos de la preparación y el resultado final. El resto del día lo he pasado yendo a la compra y haciendo la colada.

Saludos desde Londres! por cierto, desde que llegué sólo ha llovido una vez. Increíble verdad?



 

Descodificando a la Reina Mary Copyright © 2009 Bosco F. Alava